Newsletter Abril 2025
FORASTERAS
Ser mujer hoy
Hoy ser mujer es una decisión consciente. No se trata solo de nacer mujer, se trata de elegir todos los días, sostener, empujar y reinventar una vida que nos pertenece.
Es criar hijos en un mundo que corre demasiado rápido. Es enseñarles valores cuando la pantalla los seduce. Es levantarse temprano, trabajar, educar, amar, corregir, alentar, y aun así seguir sonriendo cuando el cansancio aprieta.
Pero ser mujer no termina ahí. Somos también profesionales. Emprendedoras. Líderes. Creativas. Personas que aportan talento real en empresas, en proyectos, en la sociedad. No por capricho, no por cumplir. Porque queremos, porque podemos, porque sabemos que nuestra voz y nuestra mente tienen el mismo derecho que cualquiera de construir el futuro.
Y aunque parezca imposible, hay otra faceta igual de importante. Ser aventurera. Ser exploradora. No perder esa chispa que nos empuja a buscar algo más allá de lo que ya conocemos. No importa si es viajar a otro país, empezar un hobby nuevo, aprender algo solo porque sí, o simplemente animarse a cambiar de rumbo cuando todo parece seguro, y ampliar nuestra zona de confort. Y el gran desafío, no es hacer una sola de estas cosas, es hacerlas todas al mismo tiempo. Y todavía encontrar espacio para nosotras mismas,
Encontrar ese tiempo no debiese ser un lujo. Es una necesidad vital. No es algo que deberíamos negociar o posponer. Es tan importante como cualquier reunión, como cualquier comida familiar, como cualquier entrega laboral. Porque si no nos recargamos, si no nos escuchamos, si no nos atendemos, tarde o temprano todo se quiebra: la paciencia, la alegría, la fuerza.
Conciliar todo esto es brutalmente difícil. A veces sentimos culpa por trabajar. A veces sentimos culpa por necesitar estar solas. A veces sentimos que no llegamos a nada. A veces nos preguntamos si estamos haciendo todo mal. Pero la verdad es que estamos haciendo todo lo posible. Y eso, hoy, es más que suficiente.
Ser mujer no es elegir entre ser madre, ser profesional, ser soñadora o ser libre. Es combinar todo, o las alternativas que nosotras elijamos. Es aceptarlo todo. Es luchar, caer, levantarse, abrazar, llorar y volver a empezar.
No estamos aquí para cumplir expectativas de otros. Estamos aquí para construir vidas que tengan sentido para nosotras mismas y nuestra verdadera conquista no está en llegar perfectas a todos lados. Está en no rendirse. Está en levantarse cada día y decidir seguir siendo todo eso que somos: madres, trabajadoras, aventureras, amigas, parejas, creadoras, seres humanos completos. Con nuestras dudas, con nuestro cansancio y con nuestros sueños intactos.
MENTE CUERPO Y ALMA:
VIVIANA BRITO
Yoga como un camino de vida
La práctica de yoga me ha permitido explorar el camino del autoconocimiento a través del movimiento y la respiración, un camino difícil y a veces con tanta fluidez, un camino hermoso y frustrante en ocasiones, un camino con miedos desconocidos, un camino de fortaleza y devoción, un camino lento, un camino de amor propio y crecimiento infinito. En ashtanga se repiten posturas determinadas y aún así en esa misma repetición, sabes que ninguna práctica es igual a otra, sin embargo es el compromiso y la voluntad de estar sobre el mat el que siempre te transporta a ese viaje interno, a ese diálogo que es necesario sostener cada día, a esa práctica que sostenemos y que nos sostiene, a ese abrazo que decido darme cada día. Porque si tuviera que describir mi práctica en palabras sería en un abrazo constante, a veces toca lidiar con el miedo, la frustración, la tristeza y aún así la práctica sigue siendo un abrazo para hacer más amorosa la vida, para hacerla más consciente y plena. Y así es como ese mismo abrazo, aprendes a replicarlo en tu día a día, aprendes a sostenerte sin la necesidad de estar sobre el mat y recuerdas que yoga no son solo posturas, yoga es un camino de vida.
MUJERES EN MOVIMIENTO
CONSTANZA ORELLANA
Ser mamá, deportista y entrenadora: el equilibrio posible
Llevar una vida de deportista, entrenadora y madre no es fácil, pero sí es posible. Es un desafío constante, sobre todo cuando no se cuenta con ayuda externa y la organización depende solo de ti y del papá. Los tiempos son escasos y limitados, pero esa misma condición te obliga a ser más aplicada, a priorizar y a desarrollar una habilidad clave: la eficiencia.
Con el tiempo —y gracias a mi hija, que está por cumplir tres años— he aprendido que si no voy a dar mi 100% en lo que hago, es mejor no hacerlo. Las cosas a medias no funcionan. Ella me ha enseñado la importancia de estar presente, de actuar con intención, y de hacer las cosas con pasión y constancia.
Espero poder transmitirle ese amor por el deporte que ha estado presente en su vida desde que nació. Porque más allá de los resultados, el deporte es una forma de vivir, una herramienta que te entrega disciplina, perseverancia y, siempre, algo bueno.
Admiro profundamente a todas las mamás que logran hacerlo todo. No es fácil: a veces es frustrante, agotador. Pero siempre, siempre hay que seguir adelante con más fuerza, aprendiendo de los errores y celebrando cada paso del camino.